Revista Conectividad
Enero - junio 2023 ISSN:2806-5875
pp. 63-79 Correo: revista@ister.edu.ec
Volumen 4, Número 1
Revista Semestral del Instituto Tecnológico Universitario Rumiñahui 66
En relación al Uso la Banca de Oportunidades y la Superintendencia Financiera de Colombia
(2017) señala “… la frecuencia e intensidad con la que el usuario emplea los servicios
financieros”. Por lo tanto, para la inclusión financiera no es suficiente la existencia de puntos de
acceso, sino que esto debe ser complementado con la utilización de los mismos. Con respecto a la
educación financiera, la Organización Económica para Cooperación y Desarrollo (OECD) (2005)
la define como “el proceso mediante el cual los individuos adquieren una mejor comprensión de
los conceptos y productos financieros y desarrollan las habilidades necesarias para tomar
decisiones informadas, evaluar riesgos y oportunidades financieras, y mejorar su bienestar”.
Además, la educación financiera según Amate y Guanido (2011) consiste en “proveer la
información y los conocimientos, así como ayudar a desarrollar las habilidades necesarias para
evaluar las opciones y tomar las mejores decisiones financieras”.
La Economía Popular y Solidaria, juega un papel importante, la misma se desarrolla a través de
formas de financiamiento y producción que le apuesta a su vez a nuevas formas de asociatividad y
cooperación que reintegran a quienes han sido excluidos del financiamiento, producción y
consumo. Las personas que se impliquen en este proceso abren camino para el mejoramiento de la
calidad de vida de los ciudadanos (Arteaga-Macias, 2017) Coragio, Arancibia y Deux (2010), la
definen como el conjunto de recursos, capacidades y actividades de producción, distribución,
circulación, financiamiento y consumo, realizadas por trabajadores, unidades domésticas,
emprendimientos, redes de ayuda mutua, que buscan mejores condiciones de vida y trabajo. Lo
que realmente impacta de la Economía Popular y Solidaria es que está pensada por y para los
sectores populares, que a diferencia de los modelos capitalistas buscan garantizar la utilización de
su propia fuerza de trabajo, como de los recursos disponibles, la satisfacción de las necesidades
básicas a nivel material como inmaterial (Gómez, 2013).
Una de las formas novedosas que la economía popular y solidaria permite son las Cajas de Ahorro,
entidades conformadas por personas con capacidad legal para contratar y obligarse que pueden
optar por obtener personalidad jurídica que sean miembros de un mismo vinculo común, gremios,
instituciones, empleadores, trabajadores, grupos familiares, barriales, etc. Formadas por voluntad
de los socios, con sus aportes económicos, propia estructura de gobierno, administración,
representación, autocontrol y rendición de cuentas. Entre las principales operaciones que pueden