Revista Conectividad
Julio-diciembre 2022 ISSN:2806-5875
pp. 44-55 Correo: revista@ister.edu.ec
Volumen 3, Número 2
Revista Semestral del Instituto Tecnológico Universitario Rumiñahui 46
Museo Nacional del Ecuador en 1839 y cerrado en 1876 en la ciudad de Quito, y que
contó con algunos gabinetes científicos y colecciones artísticas de las que poco o
nada han quedado en la actualidad demostrando la inestabilidad de los primeros
museos ecuatorianos (Andrade, 2019). Pero el Ecuador ya era una República
instaurada y necesitaba lugares dedicados al fortalecimiento nacional, y si bien la
ciudad de Quito como capital del Ecuador fue y sigue siendo una de las ciudades más
importantes del país, Guayaquil también podría responder de mejor manera a las
necesidades sociales y culturales de los ecuatorianos.
MARCO TEÓRICO
Los museos carecen de una "esencia" que los defina, no tienen un rol fundamental y
único, sus identidades, objetivos, funciones, conocimientos, materias, etc., son
variables y discontinuos, y están sujetos a cambios en las relaciones de poder, a
constricciones sociales o políticas; pero han tenido desde siempre un papel activo en
la modelación del conocimiento, formando parte de las estructuras del conocimiento,
operando y en ocasiones definiendo las reglas para producirlo (Foucault, 1977, cit.
pos. Hooper–Greenhill 1999: 191). Los museos, a través de la colección, selección y
clasificación de objetos que interpretan para construir una "verdad", configuran una
de las modalidades importantes de producción del conocimiento (Hooper–Greenhill,
1999: 192). El museo, además, es uno de los sitios por medio del cual la gente ha
sido enseñada a mirar el mundo, valorar el pasado, visualizar las relaciones entre
especies y elementos del mundo y de la realidad social (Livingstone, cit. pos. Forgan,
2005: 579).
La investigación se ha centrado en el análisis del Museo Municipal de Guayaquil con
la finalidad de mostrar la historia o cultura representativas de "toda la nación". Han
promovido una identidad mediante la idea de continuidad con el pasado y de la
integración de lo arqueológico, lo histórico y lo etnográfico en ésta, además de
recurrir a la exhibición, en un mismo sitio, de objetos provenientes de distintos
lugares del país "reflejando ciertos valores y concepciones sobre el tiempo histórico,
el orden político y el desarrollo económico" (Conaculta, 2007: 87).
El sesgo político del conocimiento–patrimonio que preservan y difunden es
innegable. Este tipo de museos suelen reconocerse como lugares de la memoria: